Salvaguardando los ecosistemas de la Patagonia Norte frente al Cambio Climático

Hualaihué, Región de Los Lagos

 

A través de estudios, formación y programas de monitoreo, la Fundación San Ignacio del Huinay busca comprender el impacto del cambio climático y contribuir a la restauración de los ecosistemas de la Patagonia Norte.

Por Manuel N. Arregui

 

San Ignacio del Huinay, con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y Enel Generación Chile como socios fundadores, ha convertido su vasta reserva de más de 34 mil hectáreas en un centro de investigación fundamental para el estudio del impacto del cambio climático en los ecosistemas de la Patagonia Norte.

 

Dentro de su territorio se encuentran cuatro conjuntos forestales clave: el bosque siempreverde, Coihue-Raulí-Tepa, Lenga y Alerce. Este último, actualmente en peligro de extinción, se encuentra en las zonas más altas y escarpadas, destacando como una prioridad en los esfuerzos de conservación de la Fundación.

 

Entre las especies que habitan este entorno, el Monito del Monte (Dromiciops gliroides) se distingue por su papel esencial en la dispersión de semillas de flora nativa, captando la atención de los investigadores del centro.

 

Este pequeño marsupial no solo es un indicador crítico de la salud del ecosistema, sino que también contribuye de manera significativa a la regeneración y resiliencia de los bosques, desempeñando un rol vital en la conservación de la biodiversidad local frente al cambio climático.

 

La investigación sobre el Ecosistema terrestre se inicia con el Programa de Observación de los Ecosistemas Terrestres y Acuáticos de la Patagonia (POETA), que ha contado desde sus inicios con la cooperación de Enel Foundation para la colección de data abierta e integrada en los dos sistemas, con el objetivo de ampliar el trabajo de investigación y divulgación sobre el cambio climático, adaptación y la biodiversidad.

 

Así lo destaca el Dr. Samuel Hormazábal, director científico de la Fundación San Ignacio del Huinay, quien indica que “el Monito del Monte es uno de los actores locales clave para la restauración de los bosques nativos, parte esencial de los nuevos desafíos que estamos abordando para preservar el hábitat de la región”.

 

El trabajo de la Fundación en este ámbito es llevado a cabo en colaboración con el Laboratorio de Ecología Integrativa, dirigido por el Dr. Francisco Fonturbel, y se enmarca en el Programa de Monitoreo de Ecosistemas Terrestres y Acuáticos (POETA), iniciativa que monitorea de manera continua las variables esenciales de los ecosistemas y del clima, brindando información valiosa sobre los efectos del cambio climático.

 

Además, el Centro de Investigación ha buscado ampliar su enfoque de protección hacia las especies nativas a través de otros hitos, como las instancias de formación Huinay Seasonal School (HSS). Un ejemplo destacado de esto es el Curso de Restauración de Bosques, impartido por el Dr. Juan Ovalle (U. de Chile) y el Dr. Jan Bannister (INFOR), el cual está diseñado para enseñar a planificar y ejecutar proyectos de restauración que contribuyan a la recuperación tanto de poblaciones vegetales como animales, tal es el caso del Monito del Monte.

 

El Dr. Ovalle, profesor asistente de la Facultad de Ciencias Forestales y de Conservación de la Naturaleza de la Universidad de Chile, destaca la ubicación geográfica única del Centro de Investigación, actuando como una 'isla biogeográfica' para los bosques templados lluviosos del sur de Chile, pues “su diversidad ecológica depende de un número limitado de especies clave para la dispersión de semillas y otras funciones ecológicas. La alteración de esta diversidad, incluso por el cambio climático, afecta directamente el equilibrio y el funcionamiento de los ecosistemas”.

 

El Monito del Monte es crucial para la regeneración de los bosques en Huinay debido a su papel como dispersor de semillas, particularmente de especies nativas como el maqui, arrayán y el quintral. Este marsupial también es capaz de consumir frutos grandes que las aves no pueden procesar, lo que asegura la continuidad de diversas especies vegetales. Su conservación, al mantener este proceso de dispersión, contribuye directamente a la restauración y preservación de la biodiversidad en los bosques templados lluviosos, fomentando la salud y el equilibrio del ecosistema”, añade.

 

Estas acciones están alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en especial aquellos orientados a la vida de ecosistemas terrestres (ODS 15), acción por el clima (ODS 13) y educación de calidad (ODS 4). En este contexto, la conservación del Monito del Monte y su hábitat es una prioridad para el Centro de Investigación, ya que su presencia permite la continua regeneración de los bosques y la flora nativa en la Patagonia Norte.

 

La Fundación, con la PUCV, Enel Generación Chile y Enel Foundation, impulsa otras investigaciones como el monitoreo de la flora, fauna y funga de la zona, iniciativas que reafirman su compromiso con la conservación y el estudio de los efectos del cambio climático.